El término vegetariano surgió en el siglo XIX. Hasta ese momento, una de las palabras que se usaban para denominar a aquellos individuos que no se alimentan de carne fue la de ‘Pitágoras’, en honor al famoso filósofo y matemático griego clásico, ya que este no consumía animales porque pensaba que los humanos se reencarnaban en ellos. El motivo de esta breve mención de historia etimológica es que os traemos un menú vegetariano de un día, válido tanto para los pitagóricos como para los que no han apartado la carne de su dieta.
Comenzaremos por un increíble desayuno vegetariano, siendo conscientes de la importancia de comenzar la jornada con buen pie y energía.
El plato que hemos elegido para el desayuno es sano y además esta riquísimo. Se trata de unas tortitas de plátano, una receta fácil para la que necesitaréis una taza de harina, dos cucharadas de levadura, tres cucharadas de azúcar, un plátano, una taza de leche de soja y dos cucharadas de aceite vegetal.
La preparación es simple: en un primer bol hacemos una mezcla de la harina, el azúcar y la levadura, tras eso añadimos el resto de ingredientes citados anteriormente y los batiremos hasta que quede una masa uniforme. Es importante destacar que el plátano conviene que esté maduro, ya que aportará más dulzura a la receta y será más fácil a la hora de hacer la masa.
Para el siguiente paso necesitaremos una sartén a fuego medio, con un toque de aceite vegetal, y en ella verteremos poco a poco la masa con un cazo. El momento idóneo para dar la vuelta a las tortitas es cuando comienzan a aparecer agujeros en la superficie. Las tortitas las puedes acompañar con siropes, con otras piezas de fruta o mermeladas.
Hora de comer
Después de una mañana de quehaceres, nos empezamos a quedar sin pilas y llega el momento de reponerlas con otro delicioso plato de nuestro menú vegetariano: En esta ocasión hemos elegido una receta de albóndigas con salsa de champiñones, una receta clásica de la abuela, pero sin carne.
Para su elaboración necesitaremos 250 gramos de champiñones, una cebolla, dos dientes de ajo, un vaso de agua, medio de vino blanco, una hoja de laurel y, por supuesto, nuestras albóndigas vegetales sin carne de Green Cuisine.
Lo primero que haremos será ir preparando las albóndigas. Para ello, lo primero es precalentar el horno a 200ºC. Alcanzada la temperatura, colocaremos las albóndigas 0% carne Green Cuisine, sin descongelar, en una bandeja de horno a altura media durante 13-15 minutos, hasta que estén bien calientes. Daremos la vuelta a las albóndigas pasados los 7-8 primeros minutos, para que así se hagan de manera uniforme.
Mientras se van cocinando las albóndigas, nos pondremos a preparar la salsa. Lo primero será picar el ajo y la cebolla y sofreírlos en una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva. Cuando estén dorados, añadiremos los champiñones previamente lavados y cortados en láminas finas. Saltearemos todo durante cinco minutos sin dejar de remover.
Llegados a este punto incorporamos el vino y dejamos durante unos segundos que se evapore el alcohol. Agregamos un vaso de agua -o, si lo preferimos, de caldo de verduras- y añadimos una hoja de laurel y salpimentamos al gusto. Tapamos y dejamos reposar la salsa hasta que espese, aproximadamente unos diez minutos.
Por último, colocamos las albóndigas en una olla y las cubrimos con la salsa. Podemos añadir tomillo o eneldo para potenciar el sabor. Mezclamos todo bien y dejamos que el conjunto se cocine otros diez minutos para que los sabores se integren. ¡Ya solo queda servir bien caliente y tener a mano una buena cantidad de pan para mojar!
¿Cenamos?
Después de un largo día y con las energías llegando a su punto crítico, llega la hora de cenar y puede que cocinar no sea una de las actividades que más nos apetezcan. Por ese motivo os recomendamos un plato sencillo y que no necesita un gran esfuerzo de preparación. Por supuesto es saludable y ligero, perfecto para dormir como un bebé y poner el broche dorado a nuestro menú vegetariano.
El plato elegido es nuestro Veggie Bowl con Quinoa, una opción ideal como fuente de proteína y con alto contenido en fibra.
La preparación es verdaderamente sencilla: solo tendrás que añadir el contenido de la bolsa en un recipiente apto para microondas, cubrir el recipiente con una tapa o film apto para microondas y calentar durante 12 minutos a 600W.